Los textos tienen una voz, una especie de alma que da personalidad
a lo que escribimos. Hay voces gritonas,
burlonas, suaves, irónicas, doctas, chillantes, rabiosas, arrulladoras…
La voz de mis textos periodísticos, dice alguna gente, es
bravucona, la de un señor muy viejo y enojado con el mundo. No soy viejo, ni me siento así. Tampoco estoy
enojado con el mundo, estoy enojado con las personas que gobiernan el
país.
Escribo esto por una idea que me ha metido una persona, el
papá de uno de los fundadores de El Faro, un señor que lee mucho y sabe mucho
de voces y periodistas. Cada cierto
tiempo me lo dice: sos jodido, no seás tan bravo. Eso que
me dice me gusta y me asusta.
Estoy aprendiendo a tener más de 30 años y me cuesta
alejarme de ese tiempo en que uno siente que puede cambiar el mundo. Yo no quiero cambiar al mundo, quiero que la
gente se dé cuenta que los que nos gobiernas están llenos de voces huecas, de
mentiras fáciles, de palabras que ya no valen nada.
Por eso escribo estas líneas. Porque hay días de furiosa
indignación. Siempre que me entero de acciones espeluznantes, no puedo contarlas, no
puedo probarlas. Confieso que cuando
estoy colmado de indignación, muchas de las bravuconadas salpican muchos de mis textos. ¿Por qué este preludio?
En las últimas plenarias de este año he sido testigo de
mentiras fáciles, de estafas… Por eso
decidí escribir un blog, una especie de descarga, un recipiente virtual e
inútil de la impotencia. La impotencia
es la falta de poder para hacer algo
Voy frecuentemente a la Asamblea Legislativa, uno de los
escenarios políticos inundados de poder, prepotencia, ignorancia y
crueldad. Esa combinación de personajes
crueles, ignorantes y poderosos hacen de este país lo que es. Sobre lo que veo, oigo y pienso escribiré en mi blog.
4 comentarios:
Es alentador leer voces que pasados los treinta años, se empeñan en que las cosas cambien para mejor. Yo confío que se puede lograr un cambio al conseguir alterar las dinámicas de poder que caracterizan las esferas políticas de los países. Ese cambio debe venir desde fuera de esas esferas, pues dentro de esa esfera se sobrevive jugando bajo las mismas reglas de juego que incluyen palabras huecas, transas, etc. Es decir, el cambio que ansiamos depende de personas como tú que se empeñen en querer ver un cambio en las dinámicas de poder.
Buena onda, Sergio, que te animaste a la blogósfera. Saludos.
Sergio, es indignante este conglomerado de ratas que se meten a la politica para enriquecerse. Villalobo escribió hoy sobre la nueva oligarquía del Frente, pero él mismo se hizo oligarca al terminar el conflicto. Saca se dio cuenta que robar los fondos públicos y lo hizo, hoy se quiere presentar como el "mesias" que necesitamos, y lo peor de todo es que se metió en el bolsillo a nuestro ambicioso presidente Funes, quien traicionó una carrera tan bella de 20 años,como la que hizo, por irse tambien detras del dinero. Como ya no hay con quien unirse para arremeter en contra de estas injusticias, hoy si que nos toca ser verdaderos GUANACOS.
Otra cosa, quiero saber si de acuerdo a la constitución puede una mujer que sea extranjera naturalizada convertirse en Primera Dama del país? Si es así, entonces un hombre naturalizado en nuestro país podría postularse para Presidente...Posiblemente estoy confundido, sácame de ese rollo, xfa.
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